Jóvenes sancarlinos regresan felices de actividad misionera.
- Alejandra Bahamondez Riveros
- 18 feb
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Un grupo de 13 misioneros ocupó el fin de semana del 14-16 de febrero, para realizar misiones evangelísticas en la ciudad de Cabrero, región del Bio Bio. El equipo compuesto por tres jóvenes de Chillán, dos de Concepción, una hermana de Panamá, una de El Salvador, un hermano de Perú y cinco representantes de la IADDA San Carlos: Diego Díaz, Pablo Mellafe, Pablo Morales, Alejandra Burgos y Martina Flores.
Durante su misión, el grupo participó en varias actividades de extensión en toda la ciudad. Realizaron intervenciones en los semáforos, sosteniendo carteles, repartiendo folletos y distribuyendo dulces a los peatones y conductores. Por las noches, se reunieron en la plaza central para adorar públicamente y participar en la evangelización. "Salíamos en parejas o tríos, predicando la palabra, distribuyendo folletos y orando por la gente que pasaba. Nos quedamos allí desde las 9 hasta las 11 o 12 de la noche", compartió uno de los misioneros.
El sábado por la mañana, los misioneros se dedicaron a hacer manualidades, mientras algunos se dedicaban a repartir invitaciones por los alrededores para un evento infantil programado para la tarde. Aproximadamente entre 15 y 20 niños asistieron al evento, donde se entretuvieron con juegos, canciones, coreografías, representaciones teatrales e historias de Biblia. Los niños recibieron regalos y dulces, creando una experiencia alegre y memorable para ellos. Mientras tanto, se organizaron actividades enfocadas en el autocuidado para las madres, incluyendo masajes de manos, manicuras gratuitas y chequeos de salud para las interesadas.
"La semilla de la fe fue plantada en muchas personas, y fue alentador presenciar la recepción positiva de la comunidad local. El apoyo y las oraciones de nuestros hermanos y hermanas fortalecieron aún más nuestra determinación", indicó Pablo Mellafe.
El viaje misionero a Cabrero fue un testimonio del poder de la fe y de la iglesia local, y demostró el impacto que puede tener un grupo enfocado de jóvenes para difundir el evangelio de Jesús.
Alejandra Burgos comentó su experiencia: "Abrazamos a gente en la calle, oramos, y era lindo ver que cuando estábamos con los carteles, por ejemplo, la gente se alegraba y eso era muy bacán!! Fue gratificante, emocionante y también difícil, vivimos algunas cosas y yo por lo menos pude comprender por la experiencia que no es fácil hablar de la palabra del Señor. Ahí el enemigo pelea duro, pero Dios siempre está respaldando".
Pablo Morales, que participaba por primera vez en un viaje misionero, indicó: "La verdad me sentí super feliz... ver como todos participábamos y hacíamos las cosas para la gloria de Dios fue muy edificante. Fue una experiencia única".
"En general fue muy bien tiempo de trabajo intenso, con jóvenes, niños y familias. Por las noches estuvimos en la plaza, muy concurrida, donde se realizó evangelismo personal", comentó el pastor de la Iglesia local y generador de las misiones Andrés Ortiz de Cabrero.
Diego Diaz, destacó los lazos de comunión entre los misioneros: "Antes de salir a las calles, vivimos un momento de planificación y elaboración de material, donde los lazos de comunión fraternal que nos unen se calcaron aún más en cada uno de nosotros".
Nuestros jóvenes misioneros regresaron a casa con el corazón lleno de gratitud y un renovado sentido de propósito para continuar su trabajo de servicio por Cristo.
Que hermoso ver que la juventud sigue a Jesús a pesar de lo tentador que puede ser el mundo saben elegir el camino correcto. Felicitaciones por el servicio y la entrega que dieron el Cabrero