REFLEXIÓN: Una cultura de la Verdad
- Eduardo Alvarado

- 27 abr
- 2 Min. de lectura
"¡Di la verdad Rosa!", es un viral chileno que tuvo fama en las redes sociales. El vídeo, que causó risas, esconde un asunto incuestionable: no es fácil decir la verdad.
¿Cuál será la verdad en la tragedia del Bruma, la embarcación que supuestamente fue chocada por una nave mayor? ¿Cuál será la verdad en el caso Monsalve? ¿Cuál será la verdad en la guerra entre Rusia y Ucrania?
Pero un poco más allá hay otras situaciones que no sabemos dónde encontrar la verdad. Hablando de las futuras elecciones del 16 de noviembre ¿A quién debemos creer? ¿Qué candidato nos dirá la verdad?
Y tocando el terreno espiritual, la gente se pregunta ¿Qué iglesia o religión es la verdadera? O ¿Cuál es la verdad de Dios respecto al transgenerismo, la eutanasia, el aborto, el divorcio y otras situaciones propias de nuestra cultura?
Son demasiadas preguntas y pocas las respuestas, eso es verdad. Y también es verdad que vivimos en una cultura de engaño, mentiras, medias verdades y de fraude.
Los hijos de Dios somos llamados a construir una cultura de la Verdad. Esto es difícil pero completamente posible si atendemos a lo siguiente:
Para crear una cultura de la verdad, primero debemos ser sinceros interiormente, dejar que la verdad de Dios nos diga en qué situación estamos. La verdad es como una luz que traemos desde afuera e ilumina nuestro interior. Jesucristo dijo una vez: “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres…Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:31, 32, 36)
Para crear una cultura de la verdad, debemos decidir hablar siempre con verdad, eso crea confianza en las personas. En cambio la mentira instala la duda y paraliza las mejores intenciones.
Efesios 4:25 dice: “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo”.
Para crear una cultura de la verdad tenemos que seguir y vivir la verdad en la familia.
Prov. 12:19 dice que “el labio veraz permanecerá para siempre”. La versión PDT la traduce así: “Las mentiras terminan por descubrirse; la verdad permanece para siempre.”
Para crear una cultura de la verdad tenemos que abrazar toda la verdad de Dios. No podemos elegir que parte de la verdad seguiremos. Debemos buscar y seguir toda la verdad que Dios nos ha dejado escrita.
Para crear una cultura de la verdad hemos de pagar el precio de vivir en la verdad. El mundo siempre tendrá la mentira en la punta de la lengua. El diablo siempre nos dirá que nos conviene mentir. Un político dijo hace un tiempo: “miente, miente, miente, que algo queda de aquello”. El precio para el seguidor de Cristo será decir siempre la verdad.
Para crear una cultura de la verdad tenemos que promover con pasión las verdades angulares enseñadas por Dios en su Palabra. Si no predicamos con pasión la verdad, la mentira se difundirá como si fuera la verdad. Esa verdad se debe seguir, hablar y profesar con amor.
Pablo dijo: “Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!” (1 Cor. 9:16)







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